Frases que están muy grabadas en el imaginario colectivo, que a veces salen prácticamente solas, y que aunque estén dichas con la mejor de las intenciones no ayudan, pueden culpabilizar y deberíamos evitar. Algunos ejemplos que he oído a menudo dichas a mujeres y a parejas que están pasando o acaban de pasar por un duelo en etapa gestacional o perinatal:
- Mejor ahora que más adelante.
- Aún eres joven (o aún sois jóvenes). Ya tendrás más.
- Venga, no llores. Tú eres fuerte. Ya verás cómo lo superas.
- No te deprimas, pasa página. Tienes que seguir adelante... Por tu otro/s hijo/s / marido / padres...
- Estas cosas le pasan a mucha gente, o pasan muy a menudo.
- Era lo mejor.
El duelo en la etapa Perinatal es un duelo muy
invisibilizado y a veces incluso no permitido. Pero eso no significa que
el dolor no esté ahí, y que no haya que darle ese espacio.
A veces
incluso los profesionales que atienden a estas familias no saben cómo
actuar, qué hacer o qué decir. A veces esos mismos profesionales también
necesitan una atención y una contención cuando tienen que atender estos
casos. Por suerte, cada vez se nombra más, hay más formación y más
conciencia sobre este tema. Pero aún queda mucho por hacer.
A menudo
las personas que rodean y forman parte de la vida de estas familias
tampoco saben qué decir o cómo acompañar. No pasa nada... Si no sabemos
qué decir, quizá mejor no decir nada. O nombrarlo también, por qué no...
"No sé qué decirte, no tengo palabras". Dar un abrazo, acompañar y
permitir la expresión del dolor, del llanto, de la historia de ese
bebé... A veces tan sólo estar, eso ya es muchísimo. No hace falta
buscar una frase que decir, no hace falta decir algo por decir, si no
nos sale... Hace falta permitir.
El duelo no es olvidar, es darle una
nueva narrativa a la experiencia, recolocarlo todo y crear una nueva
relación, con otro significado.
La realidad es que NO es mejor ahora
que más adelante ni que más atrás. No es mejor en ningún momento. Ni
tampoco es mejor porque hubiese algún problema en el desarrollo del
bebé. Porque el dolor no se mide por las semanas o los meses de
gestación. Es absolutamente personal y cada persona lo vive desde su
lugar, sin importar el momento en el que pasó.
Da igual en ese
momento si eres joven o mayor, si podrás tener o tienes más hijos. El
dolor en ese momento es el que es. No entremos desde fuera a valorar ese
tipo de cuestiones, porque a ese duelo pueden estar además sumándose
otros duelos por procesos de fertilidad, por otras pérdidas, etc.
Todos
sabemos que las pérdidas perinatales ocurren, por desgracia, pero no
tiene por qué ser consuelo para quien lo está viviendo en ese momento.
Cada madre, cada familia y cada bebé tiene que tener su espacio, su
momento de elaborar ese duelo.
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