Y aunque prácticamente la habitación está finalizada, y está quedando preciosa... aún quedan detalles por terminar. Sí, lo sé... No se puede tardar alrededor de 200 años en transformar un espacio de... ¿12 metros...?. Buenoooo, vale... a lo mejor son 15... Pero es que el verano se ha intercalado en mitad de todos nuestros propósitos y ahí han quedado, básicamente abandonados y desterrados a cambio de un montón de días ¡de pisci, playa, juegos, parque, excursiones!. Vale, es cierto, ha merecido la pena. ;-)
Como dije tiempo atrás, me he puesto el mundo por montera! (o más bien una brocha y un pincel) y me he lanzado a la aventura de crearle una mesita en la que pintar, jugar, o hasta comer si ella quiere!.
Teníamos una mesa que a su vez mi madre tenía desde hace algo así como mil años... de esas redondas como las que se llamaban "de camilla", de las que se les ponía un faldón por encima y tan monas... (según se mire...), pero en pequeñito. Y me pareció perfecta para transformarla en algo bonito y creado por su mamá para la prince.
Y ahora que ¡¡POR FIN ESTÁ TERMINADA!! la puedo inmortalizar aquí. Que nos gusta, no hay duda... Hay caras que no pueden ocultar sentimientos... Y hechos que los reafirman. Nos encanta pintar sobre la mesita, y cuando a Paula le preguntas si le gusta su nueva mesita, sonríe, la señala con su dedito y dice "Síiiiii.... mamá....", que traducido es "Síiiiii, me la ha pintado mamá..." (je je ;-)
En breve, o cuando vuelva a recuperar el ritmo perdido en las vacas, también habrá un gran post como se merece (aunque sólo sea por el tiempo de espera), esa habitación que ya, (a falta de dos tonterías de nada...) tenemos para nuestro pleno disfrute y que ha quedado de dulce!!. Pero todo eso será contado en otro momento...