!Y dale con el Chupete!

¿Hasta qué punto en las guarderías deberían inmiscuirse en las costumbres y hábitos que cada niño tenga?... Desde mi punto de vista, la respuesta sería, "hasta ninguno".

Digo yo que si mi hija usa o no usa chupete, y hasta cuándo lo use, ¿no debería ser una cuestión que sólo incumba a su padre, a mí, y sobre todo a ella?.

Parece ser que no. En la guarde de Paula no dejan que usen el chupete a partir del segundo curso. ¿Por qué...?. La verdad es que no lo sé... No he preguntado por miedo a una respuesta que no me convenza nada y entremos otra vez en la fase de "odiamoslaguarderíanecesitosacarlayayaya". Imagino que los motivos apuntan a temas de no dependencia, hacerse mayores, que no se vean unos a otros y quieran imitar conductas, y bla bla bla.

Que conste que no tengo nada a favor ni en contra del chupete, y que si me he de decantar por alguno de las dos posturas, más bien estaría en contra, puesto que como burda copia que es de la teta materna, no es que sea un objeto amado y defendido por mí. Pero es simplemente que no me parece justo hacerles desprenderse de forma brusca y cómo no, dirigida por nosotros los adultos, (con ese súperpoder que nos caracteriza y que los años te dan para conocer lo que es mejor en cada momento para otro ser humano, sobre todo si éste es dependiente, como un niño o un anciano...), de un objeto al que tú mismo le has hecho adicto.

Recuerdo que Paula tardó varios meses en usar chupete, aproximadamente hasta poco antes de empezar la guardería. Todo el mundo me decía desde los pocos días de nacer que por qué no le ponía un chupete ¡ya!, que era muy bueno para ellos, que a mí me vendría muy bien, que descansaría más, ¡que usaba mi pecho de chupete!... La verdad es que yo no entendía muy bien todo eso, yo la veía satisfecha y contenta, y yo también lo estaba. Ella no lloraba nunca y yo era feliz dándole el pecho cada vez que abría un ojo, y me preguntaba cómo era posible que mi hija usara mi pecho de chupete si ella en su corta vida, no sabía ni lo que era ese aparato. Ahora con muchas menos inseguridades, sé que es imposible que ningún niño use el pecho de chupete. Ahora sé que más bien es al revés, que la teta fue inventada antes que el chupete y que la mente brillante que inventó el susodicho artilugio, seguro que lo hizo con el único y exclusivo fin de engatusar y engañar a esos gordetes llorones, que pasan todo el día colgados de la tetita de su mamá, a ver si se confunden un poco y piensan por un ratito que esa cosita de goma o látex es el pecho de la mamá.

Pero probé, porque como digo las inseguridades de ser primeriza y de los primeros meses planeaban sobre mí a menudo. Probé varias veces desde el principio, pero mi niña decía que aquello para otro, que a ella le daba unas arcadas que se moría. Pero al parecer es que a todos los niños les pasa y hay que seguir insistiendo... Yo seguía sin entender muy bien para qué insistir. Nosotras estábamos bien. Yo en el fondo me alegraba de que no le gustara. Total, ¿para qué quería yo que le gustase una cosa que más tarde o más temprano tiene que dejar de usar?.

Pero un día quiso, debió parecerle bien tener ese recurso que le estábamos ofreciendo para esos pequeños momentos que mamá no estaba tan cerca.

Y digo yo, ¿quién soy yo y quién son ellas, después de haberle creado esa adicción, para ahora querer quitársela de un día para otro y sin más explicaciones?. Pues oye, no me parece bien.

Tengo claro que en algún momento tendrá que dejar de usar chupete. Tengo claro también que aunque no es condición necesaria y suficiente, su uso continuado durante años puede acarrear problemas en la dentadura. Pero lo que más claro tengo de todo, es que será un proceso principalmente guiado por ella, que yo estaré a su lado para ayudarla y apoyarla en él, pero no para imponerla tiempos ni premisas, que no habrá reproches ni chantajes, engaños ni regañinas. Nada de "estás feísima con ese chupete" (frase textual que he oído en la guarde), "el chupete es para bebés", "tú ya eres muy mayor para eso", "dejáselo para que se lo lleven los Reyes Magos"... Y un sinfín de cosas más que francamente, no son de mi estilo ni me parecen demostrar mucha empatía con las necesidades emocionales del niño.

Cuánto ganarían si se aplicaran el mismo cuento cientos y cientos de fumadores, algunos incluso que lo hacen delante y al lado de sus hijos con lo que ello conlleva. Eso sí es un verdadero problema para su salud.


Una vez alguien en algún rincón de este mundo, tuvo una idea, primero un sueño, y se materializó a través de "La gallina pintadita" y su maravilloso Árbol de losChupetes. Quién sabe... nos pilla un poco lejos, pero quizá algún día lo visitemos.